TANGIBLE EXISTENCIA
La primera guerra mundial dejo consigo muchas cicatrices no solo físicas, si no en el alma de muchos que vivieron en carne propia una era de muerte.
Rubén de 98 años un sobreviviente e hijo de un soldado británico de la primera guerra mundial, vivió una escena bastante fuerte en una época donde no importaba la fe ni las creencias.
Rubén de 98 años un sobreviviente e hijo de un soldado británico de la primera guerra mundial, vivió una escena bastante fuerte en una época donde no importaba la fe ni las creencias.
Un niño que teme por la vida de su padre, un hombre que se enfrenta al conflicto de la primera guerra mundial, con una madre bastante conservadora y dos hermanos que viven del reflejo de un padre déspota y orgulloso. Así vivió Rubén sus primeros años de vida, rodeado de circunstancias que hacen madurar a los golpes.
Siempre he pensado que la fe nos mantiene vivos, la fe te recarga, la fe te ayuda y te da un empujón. Un día que mi padre llego a casa herido físicamente, comprendí dentro de mí que a mi padre no le importaban sus heridas físicas, lo único que a el le interesaba era sus heridas emocionales y su pensamiento de derrota por no ser lo que siempre soñó, porque eso pasa con la frustración, los humanos no aceptamos que la derrota hace parte de la vida como método de enseñanza, y no como argumento para darnos palo todos los días. Así era el viejo Dam un señor que estaba más pendiente del que dirán, que cómo se veía vestida mi mamá cuando se arreglaba para el, ustedes como seres humanos no se imaginan que es vivir en medio de la guerra, no ves recursos de nada, solo piensas en que momento llegaran a golpear la puerta, en qué momento esto se acabara, en que momento podremos ver el sol como lo hacíamos antes, o mejor aún ¿ será que mi padre podrá ver crecer a sus nietos, sin temor alguno? No voy a cerrar con preguntas porque las tengo todas desde que tengo uso de razón, voy a cerrar con un: puede haber esperanza.
La vida surgió en un solo instante, donde no soportábamos más tanta tensión en el ambiente, donde todo era oscuro y los rumores no eran nada agradable a mis oídos y eso que les hablo de mi infancia, no quiero imaginar lo aterrador que era para mi mamá saber que mi padre podría morir en sus cimientos, yo solo veía que habían mil motivos para hallarle solución a algo que en realidad no tenía mucha solución ante los ojos humanos, yo empecé a surgir dentro de mí y a creer que existía algo sobre natural que nos cuidaba, pero siempre me preguntaba con argumentos bastante complejos ¿ porque ese algo sobre natural no nos ayuda conociendo nuestro sufrimiento? siendo un niño me interesé por leer un libro que se llama la biblia, un libro bastante polémico, pero tan real como usted y como yo, y dentro de todo empecé a entender cosas que no acataba, pero ustedes me preguntan ¿cómo entendí tantas cosas de la biblia? No sé, en realidad puedo jurar que algo me ayudo, así como algo me enseñó a pedir en una breve oración por la vida de mi padre, ese algo que me enseñó a comprender que cuando uno cree no existen imposibles en medio de las cosas que vemos inalcanzables, esa fuerza interior que te empuja a no parar de pedirle a un Dios que creo todo lo que está a nuestro alrededor.
- La última anotación de Rubén en la biblia dice: “Regreso a casa diciembre de 1918”, y entonces comenzó el resto de su vida. “Quiso dejarlo atrás y continuar con su vida. No tenía malos sentimientos. Siguió adelante. Era una persona que tenía una fe muy sólida y creo que la oración le ayudó”.
¿Ustedes saben que significaba para muchos, el nombre de Dios en la primera guerra mundial? Significaba un Dios castigador y sin piedad, para mí seguía siendo el Dios de amor, aunque muchos no querían verlo de esta forma. Los días pasaron y mi corazón seguía débil, pero mis ganas de orar se avivaron como el fuego, y pase días intensos junto a la oración de tú a tú, donde le pedía a Dios una respuesta a lo que estaba pasando, eso era lo único que quería saber, solo para tener paz. El tiempo paso y existe un dicho muy cliché que dice que el tiempo todo lo cura, pienso que es algo muy personal, el tiempo solo me genero más dudas y me impulso a preguntarle con más deseo a Dios porque se había llevado a mi padre, a veces en la vida no comprendemos los tipos de respuestas que Dios nos da y nos sentamos en el trono de REY a señalar lo que no nos corresponde o en su defecto a reclamarle a Dios el porqué de tantas cosas. Y si, esto lo pensé a mis 8 años donde amé la vida con naturalidad y sin esfuerzos.
De vuelta a casa, nuestra familia ayudo a papá a recuperar su salud, mi papá adquirió talentos en casa y vivimos días muy felices, no por lo que pasaba a nuestro alrededor si no por el amor de Dios que nos mantenía más que vivos, nos mudamos a Londres y empezamos a vivir días diferentes, la familia se creció y me enamore, fue la chica que Dios puso en el camino para dejar atrás un pasado que no me permitía caminar en amor, pero cuando digo que la familia se creció no fue por mí, fue por mi hermano que iba a ser papá de una niña, y yo tío de tan anhelado regalo, igual yo también le obsequie a mi papá dos nietos que lo hicieron feliz hasta su último aliento.
Dios pudo borrar huellas y cicatrices de mi pasado, pudo mantenerme en pie y logro sacarme sonrisas cada vez que recuerdo esto, porque para mí ya no es doloroso recordarlo, conocí la fe muy niño y no me arrepiento de ello, creí en Dios con vendas en los ojos, porque confiaba en sus promesas, también creí en mí mismo, logre lo que quise, viaje con mi amada por muchos lugares del mundo, comentando mi experiencia tan poco creíble, pero con un Dios tan infinito. La fe te ayuda a dar lo mejor de ti, todo lo que ocurre viene de la mano de Dios, La fe te ayuda a dar lo mejor de ti, todo lo que ocurre viene de la mano de Dios, encuéntrale sentido a cada momento de tu vida y si no lo tienes hallalo, todo tiene un propósito para Dios, da gracias por cada alegría, por todos esos momentos donde podemos evidenciar la acción y la bondad de Dios, no se trata de resignarnos a cualquier cosa, se trata de descubrir, que en cualquier circunstancia Dios está presente y tiene un plan preparado para cada uno de nosotros.
Por eso mi historia evidencia que la fe en Dios todo lo puede, que mi papá regreso por su infinita misericordia y que a pesar de ser un niño, nunca deje orar por lo que más quería, insistir, persistir y resistir pero nunca desistir son unas de las tantas frases que me decía en medio de tanta angustia, y si es verdad que la fe mueve montañas, lo puede todo, porque aun así cuando sientes que la gasolina se acaba y no hay solución porque el carro no arranca y está en medio de la nada, es esa misma que nos muestra que a 1 kilómetro hay una bomba para tranquear y que debemos esforzarnos, caminar y llegar hasta ese lugar por combustible, así es la fe, la oración la tienes a la mano es cuestión de perseverar para poder tranquear eso que tanto anhelas y es el deseo de creer y ver resultados.
-No sé para ustedes que signifique la e, solo sé estando viejo, aún tengo el recuerdo fresco de lo que es enfrentarse a una guerra despiadada, que no distingue razas, sexo ni religión, porque su enfoque está en destruir todo lo que se encuentre a su paso. Cuando yo era un niño, no era un niño del común, de esos que se ven ahora, con muchos juguetes y una vida aparentemente perfecta, no todos nacimos con estrella, pero mi infancia me enseñó a creer en mí mismo y a surgir como única opción, así es la vida de un niño que vive en una casa donde todo es militarizado y¨sobresaliente¨por no decir que ¨excelente¨un niño que creció teniendo pesadillas de media noche, difíciles de contar, lo antes dicho lo dejo a la imaginación de ustedes.
Mi padre un día llego a casa con una mala noticia, de esas que te dejan un sin sabor, yo en ese instante decía, ¿porque Dios? ¿Porque él y no otros? Porque sinceramente ir a darse bala con otros por salvar una nación es una tarea bastante cruel, pero apenas tenía 8 años para mi padre no era la edad suficiente para ¨Razonar¨sobre este tipo de situaciones, pero ustedes me preguntan y sentía un inmenso dolor, es más pensé que papá nunca volvería, me sumí en el dolor, pero nunca deje de creer, desayunaba con oraciones, almorzaba con peticiones y cenaba con suplicas,¿Dios eres tan real, como este libro que estoy tocando? ¿eres tan real como estas manos que escriben tus enseñanzas? Pero ustedes dirán, jamás un niño de 8 años va a pensar de esa forma y mucho menos suplicarle a Dios que le devuelva a su papá con tanta benevolencia, pues si, yo fui de esos niños que en plena guerra mundial creyó en Dios.
Refrescando la escena de mi padre en medio de todo ese rollo, yo temía a que no volviera, pero algo me decía que no tuviera miedo, que volvería, me relaje por un buen tiempo, hasta que un día en medio de una fuerte emboscada mataron a más de 1500 soldados y borraron todo lo que estaba a su paso, mi padre cayo inconsciente al suelo, en medio de tanto estruendo el solo opto por quedarse quieto, y como dicen por ahí hacerse el que no es con el (el muerto) así fue, lo triste de todo es que a la casa llegaron dos soldados y sin tanto preámbulo zafaron la ¨super¨noticia de que mi padre había fallecido en medio de la guerra, no puedo describirles con detalles que sentí en ese momento, pero lo único que quería era desaparecer, no volver o que cayera un rayo, pero NO, Dios siempre me enseño por medio de su palabra que podemos atravesar la peor tormenta y el nunca se ira ¿entonces porque teméis? Sentía dolor en el alma por mi padre, dure días enteros viendo fotos, oliendo sus cosas, tratando de imitarlo, durmiendo con mamá en la cama que compartían, lleno de preguntas acompañadas de un desconsuelo inmenso que no lo llenaba la pasta con carne que tanto me gustaba, yo no entendía como a mi corta edad sufría y me dolían tanto las cosas, lo que si entendía era que mi fe no se apagaba, bueno así era mi manera de creerle a Dios.
La realidad era otra, papá nunca murió, papá estaba más vivo que nunca, el en su panorama y yo en el mío, el pensando en cómo volver a casa, y yo pensando porque nunca volvió a casa, el pensando en huir de forma inteligente, y yo pensando en huir a mis malos pensamientos, el conectado a Dios y yo también. Papá en medio de todos sus problemas despertó la fe a cientos de kilómetros de casa, es que enserio Dios te salva de todas, es impresionante como mueve cosas inmóviles, como hace realidad lo que para ti no es tangible.
Yo quisiera entender como la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos y no comprendemos la importancia de amar, de saludar, de comer en familia, de orar en familia o algo tan simple como dialogar con los tuyos, eso es algo que solo lo renueva Dios en tu corazón ese deseo insaciable de vivir conforme a sus propósitos, a lo que él quiere, que siempre será el mejor regalo que puede obsequiar porque es bueno, agradable y perfecto. Así fueron mis oraciones de niño ante Dios, buenas y agradables, donde con cada lagrima le decía que amaba a mi papá y que prefería que él volviera a casa así sea a gritarnos y paliarnos, no me importaba, el amor nos abre puertas enormes, nos muestra que podemos amar de una manera tan descontrolada que lo damos todo por el bien de los que quieres, amaba mucho al viejo, lo veía como el grande, pese a su carácter que imponía, eso para mi era circunstancial, yo lo quería conmigo, en casa, mirando mal.
Dios trae a mi padre, lo necesito aquí conmigo, él es la pieza de mi rompecabezas, es mi vida y mi familia, cuídalo, por favor. Esas eran unas de las tantas oraciones que yo decía recurrente mente, y no paraba de repetir, sin evadir que no era la misma oración, pero si el mismo contexto.
Volvió, mi padre toco la puerta, el era de esas visitas que nadie esperaba, porque simplemente los muertos no visitan a nadie, pues así fue, al parecer el muerto nos visitó y era una de esas visiones que me ilusionaban, mamá estaba en shok no sabía si abrazarlo, si gritar o tal vez salir corriendo, porque mi hermano solo decía que me golpeen por favor, era tensionante los gritos de mí otro hermano, mientras mentalmente yo decía Dios pero te fajaste, la sacaste del estadio como dicen ahora, permitiste que mi papá viniera del cielo a vernos, pero que va, era solo un niño que suponía cosas. Las palabras de mi padre fueron, ¿pero qué sucede?, ¿acaso no me estaban esperando hace meses? ¿se olvidaron de mí? pero si tengo los mismos dientes, vean: chuecos y sin gracia. Mamá lo toco y nos dijo pues yo lo siento, no comprendo esto, pero vengan y toquen Dam está vivo. Papá al entrar a casa nadie lo creía, seguíamos mirándolo como un extraño sin parpadeo, con ojos de asombro y preguntas por todo lado, mamá solo dijo en unas breves palabras: nos dijeron que habías muerto, papá solo respondió: Pues al parecer NO, yo solo pensé, Dios eres tan grande y tan real como mi amor por la ensalada de tomates cherry con queso, pero Dios es aún más exquisito en sus promesas, el sabor de su gracia es incomparable, no lo remplaza ni la pasta con carne que me hacía mi mamá, yo relaciono todo con comida porque aun así a mis grandes años amo la comida.
Siempre he pensado que la fe nos mantiene vivos, la fe te recarga, la fe te ayuda y te da un empujón. Un día que mi padre llego a casa herido físicamente, comprendí dentro de mí que a mi padre no le importaban sus heridas físicas, lo único que a el le interesaba era sus heridas emocionales y su pensamiento de derrota por no ser lo que siempre soñó, porque eso pasa con la frustración, los humanos no aceptamos que la derrota hace parte de la vida como método de enseñanza, y no como argumento para darnos palo todos los días. Así era el viejo Dam un señor que estaba más pendiente del que dirán, que cómo se veía vestida mi mamá cuando se arreglaba para el, ustedes como seres humanos no se imaginan que es vivir en medio de la guerra, no ves recursos de nada, solo piensas en que momento llegaran a golpear la puerta, en qué momento esto se acabara, en que momento podremos ver el sol como lo hacíamos antes, o mejor aún ¿ será que mi padre podrá ver crecer a sus nietos, sin temor alguno? No voy a cerrar con preguntas porque las tengo todas desde que tengo uso de razón, voy a cerrar con un: puede haber esperanza.
La vida surgió en un solo instante, donde no soportábamos más tanta tensión en el ambiente, donde todo era oscuro y los rumores no eran nada agradable a mis oídos y eso que les hablo de mi infancia, no quiero imaginar lo aterrador que era para mi mamá saber que mi padre podría morir en sus cimientos, yo solo veía que habían mil motivos para hallarle solución a algo que en realidad no tenía mucha solución ante los ojos humanos, yo empecé a surgir dentro de mí y a creer que existía algo sobre natural que nos cuidaba, pero siempre me preguntaba con argumentos bastante complejos ¿ porque ese algo sobre natural no nos ayuda conociendo nuestro sufrimiento? siendo un niño me interesé por leer un libro que se llama la biblia, un libro bastante polémico, pero tan real como usted y como yo, y dentro de todo empecé a entender cosas que no acataba, pero ustedes me preguntan ¿cómo entendí tantas cosas de la biblia? No sé, en realidad puedo jurar que algo me ayudo, así como algo me enseñó a pedir en una breve oración por la vida de mi padre, ese algo que me enseñó a comprender que cuando uno cree no existen imposibles en medio de las cosas que vemos inalcanzables, esa fuerza interior que te empuja a no parar de pedirle a un Dios que creo todo lo que está a nuestro alrededor.
- La última anotación de Rubén en la biblia dice: “Regreso a casa diciembre de 1918”, y entonces comenzó el resto de su vida. “Quiso dejarlo atrás y continuar con su vida. No tenía malos sentimientos. Siguió adelante. Era una persona que tenía una fe muy sólida y creo que la oración le ayudó”.
¿Ustedes saben que significaba para muchos, el nombre de Dios en la primera guerra mundial? Significaba un Dios castigador y sin piedad, para mí seguía siendo el Dios de amor, aunque muchos no querían verlo de esta forma. Los días pasaron y mi corazón seguía débil, pero mis ganas de orar se avivaron como el fuego, y pase días intensos junto a la oración de tú a tú, donde le pedía a Dios una respuesta a lo que estaba pasando, eso era lo único que quería saber, solo para tener paz. El tiempo paso y existe un dicho muy cliché que dice que el tiempo todo lo cura, pienso que es algo muy personal, el tiempo solo me genero más dudas y me impulso a preguntarle con más deseo a Dios porque se había llevado a mi padre, a veces en la vida no comprendemos los tipos de respuestas que Dios nos da y nos sentamos en el trono de REY a señalar lo que no nos corresponde o en su defecto a reclamarle a Dios el porqué de tantas cosas. Y si, esto lo pensé a mis 8 años donde amé la vida con naturalidad y sin esfuerzos.
De vuelta a casa, nuestra familia ayudo a papá a recuperar su salud, mi papá adquirió talentos en casa y vivimos días muy felices, no por lo que pasaba a nuestro alrededor si no por el amor de Dios que nos mantenía más que vivos, nos mudamos a Londres y empezamos a vivir días diferentes, la familia se creció y me enamore, fue la chica que Dios puso en el camino para dejar atrás un pasado que no me permitía caminar en amor, pero cuando digo que la familia se creció no fue por mí, fue por mi hermano que iba a ser papá de una niña, y yo tío de tan anhelado regalo, igual yo también le obsequie a mi papá dos nietos que lo hicieron feliz hasta su último aliento.
Dios pudo borrar huellas y cicatrices de mi pasado, pudo mantenerme en pie y logro sacarme sonrisas cada vez que recuerdo esto, porque para mí ya no es doloroso recordarlo, conocí la fe muy niño y no me arrepiento de ello, creí en Dios con vendas en los ojos, porque confiaba en sus promesas, también creí en mí mismo, logre lo que quise, viaje con mi amada por muchos lugares del mundo, comentando mi experiencia tan poco creíble, pero con un Dios tan infinito. La fe te ayuda a dar lo mejor de ti, todo lo que ocurre viene de la mano de Dios, La fe te ayuda a dar lo mejor de ti, todo lo que ocurre viene de la mano de Dios, encuéntrale sentido a cada momento de tu vida y si no lo tienes hallalo, todo tiene un propósito para Dios, da gracias por cada alegría, por todos esos momentos donde podemos evidenciar la acción y la bondad de Dios, no se trata de resignarnos a cualquier cosa, se trata de descubrir, que en cualquier circunstancia Dios está presente y tiene un plan preparado para cada uno de nosotros.
Por eso mi historia evidencia que la fe en Dios todo lo puede, que mi papá regreso por su infinita misericordia y que a pesar de ser un niño, nunca deje orar por lo que más quería, insistir, persistir y resistir pero nunca desistir son unas de las tantas frases que me decía en medio de tanta angustia, y si es verdad que la fe mueve montañas, lo puede todo, porque aun así cuando sientes que la gasolina se acaba y no hay solución porque el carro no arranca y está en medio de la nada, es esa misma que nos muestra que a 1 kilómetro hay una bomba para tranquear y que debemos esforzarnos, caminar y llegar hasta ese lugar por combustible, así es la fe, la oración la tienes a la mano es cuestión de perseverar para poder tranquear eso que tanto anhelas y es el deseo de creer y ver resultados.
-No sé para ustedes que signifique la e, solo sé estando viejo, aún tengo el recuerdo fresco de lo que es enfrentarse a una guerra despiadada, que no distingue razas, sexo ni religión, porque su enfoque está en destruir todo lo que se encuentre a su paso. Cuando yo era un niño, no era un niño del común, de esos que se ven ahora, con muchos juguetes y una vida aparentemente perfecta, no todos nacimos con estrella, pero mi infancia me enseñó a creer en mí mismo y a surgir como única opción, así es la vida de un niño que vive en una casa donde todo es militarizado y¨sobresaliente¨por no decir que ¨excelente¨un niño que creció teniendo pesadillas de media noche, difíciles de contar, lo antes dicho lo dejo a la imaginación de ustedes.
Mi padre un día llego a casa con una mala noticia, de esas que te dejan un sin sabor, yo en ese instante decía, ¿porque Dios? ¿Porque él y no otros? Porque sinceramente ir a darse bala con otros por salvar una nación es una tarea bastante cruel, pero apenas tenía 8 años para mi padre no era la edad suficiente para ¨Razonar¨sobre este tipo de situaciones, pero ustedes me preguntan y sentía un inmenso dolor, es más pensé que papá nunca volvería, me sumí en el dolor, pero nunca deje de creer, desayunaba con oraciones, almorzaba con peticiones y cenaba con suplicas,¿Dios eres tan real, como este libro que estoy tocando? ¿eres tan real como estas manos que escriben tus enseñanzas? Pero ustedes dirán, jamás un niño de 8 años va a pensar de esa forma y mucho menos suplicarle a Dios que le devuelva a su papá con tanta benevolencia, pues si, yo fui de esos niños que en plena guerra mundial creyó en Dios.
Refrescando la escena de mi padre en medio de todo ese rollo, yo temía a que no volviera, pero algo me decía que no tuviera miedo, que volvería, me relaje por un buen tiempo, hasta que un día en medio de una fuerte emboscada mataron a más de 1500 soldados y borraron todo lo que estaba a su paso, mi padre cayo inconsciente al suelo, en medio de tanto estruendo el solo opto por quedarse quieto, y como dicen por ahí hacerse el que no es con el (el muerto) así fue, lo triste de todo es que a la casa llegaron dos soldados y sin tanto preámbulo zafaron la ¨super¨noticia de que mi padre había fallecido en medio de la guerra, no puedo describirles con detalles que sentí en ese momento, pero lo único que quería era desaparecer, no volver o que cayera un rayo, pero NO, Dios siempre me enseño por medio de su palabra que podemos atravesar la peor tormenta y el nunca se ira ¿entonces porque teméis? Sentía dolor en el alma por mi padre, dure días enteros viendo fotos, oliendo sus cosas, tratando de imitarlo, durmiendo con mamá en la cama que compartían, lleno de preguntas acompañadas de un desconsuelo inmenso que no lo llenaba la pasta con carne que tanto me gustaba, yo no entendía como a mi corta edad sufría y me dolían tanto las cosas, lo que si entendía era que mi fe no se apagaba, bueno así era mi manera de creerle a Dios.
La realidad era otra, papá nunca murió, papá estaba más vivo que nunca, el en su panorama y yo en el mío, el pensando en cómo volver a casa, y yo pensando porque nunca volvió a casa, el pensando en huir de forma inteligente, y yo pensando en huir a mis malos pensamientos, el conectado a Dios y yo también. Papá en medio de todos sus problemas despertó la fe a cientos de kilómetros de casa, es que enserio Dios te salva de todas, es impresionante como mueve cosas inmóviles, como hace realidad lo que para ti no es tangible.
Yo quisiera entender como la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos y no comprendemos la importancia de amar, de saludar, de comer en familia, de orar en familia o algo tan simple como dialogar con los tuyos, eso es algo que solo lo renueva Dios en tu corazón ese deseo insaciable de vivir conforme a sus propósitos, a lo que él quiere, que siempre será el mejor regalo que puede obsequiar porque es bueno, agradable y perfecto. Así fueron mis oraciones de niño ante Dios, buenas y agradables, donde con cada lagrima le decía que amaba a mi papá y que prefería que él volviera a casa así sea a gritarnos y paliarnos, no me importaba, el amor nos abre puertas enormes, nos muestra que podemos amar de una manera tan descontrolada que lo damos todo por el bien de los que quieres, amaba mucho al viejo, lo veía como el grande, pese a su carácter que imponía, eso para mi era circunstancial, yo lo quería conmigo, en casa, mirando mal.
Dios trae a mi padre, lo necesito aquí conmigo, él es la pieza de mi rompecabezas, es mi vida y mi familia, cuídalo, por favor. Esas eran unas de las tantas oraciones que yo decía recurrente mente, y no paraba de repetir, sin evadir que no era la misma oración, pero si el mismo contexto.
Volvió, mi padre toco la puerta, el era de esas visitas que nadie esperaba, porque simplemente los muertos no visitan a nadie, pues así fue, al parecer el muerto nos visitó y era una de esas visiones que me ilusionaban, mamá estaba en shok no sabía si abrazarlo, si gritar o tal vez salir corriendo, porque mi hermano solo decía que me golpeen por favor, era tensionante los gritos de mí otro hermano, mientras mentalmente yo decía Dios pero te fajaste, la sacaste del estadio como dicen ahora, permitiste que mi papá viniera del cielo a vernos, pero que va, era solo un niño que suponía cosas. Las palabras de mi padre fueron, ¿pero qué sucede?, ¿acaso no me estaban esperando hace meses? ¿se olvidaron de mí? pero si tengo los mismos dientes, vean: chuecos y sin gracia. Mamá lo toco y nos dijo pues yo lo siento, no comprendo esto, pero vengan y toquen Dam está vivo. Papá al entrar a casa nadie lo creía, seguíamos mirándolo como un extraño sin parpadeo, con ojos de asombro y preguntas por todo lado, mamá solo dijo en unas breves palabras: nos dijeron que habías muerto, papá solo respondió: Pues al parecer NO, yo solo pensé, Dios eres tan grande y tan real como mi amor por la ensalada de tomates cherry con queso, pero Dios es aún más exquisito en sus promesas, el sabor de su gracia es incomparable, no lo remplaza ni la pasta con carne que me hacía mi mamá, yo relaciono todo con comida porque aun así a mis grandes años amo la comida.
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